Donna me prega

Este blog se declara católico, tal vez con cierto aire estoico. Defiende la simplicidad, el silencio y la contemplación.
Quiere ofrecer reflexiones, opiniones y lecturas a personas atentas a la vida del espíritu y de la cultura.

martes, 20 de febrero de 2018

Léon Bloy, ¿heterónimo?



Les Casseurs de pierres,
Gustave Courbet (1849)

Hace una semana conversaba en tránsito mi heterónimo con Jesús Ares en un rincón del aeropuerto. Intentaba explicarle, con su impotencia críptica, que cada uno de nuestros mutuos nombres es la posibilidad que sólo Dios es capaz de grabar con trazo seguro en el libro de una vida que a tientas protagonizamos, inciertos, tras la comunión de los santos. No existe para él otra realidad que la escatológica. Ella marca la diferencia -la herida- de nuestra existencia en cada una de las preposiciones con que testimonia, explorador, la condición de imagen suya. Al despedirse de su paciente y cálido amigo, le vino a la memoria una pequeña nota que ha quedado suspendida, inédita, sin respuesta. Era justo que así fuese. Sus heterónimos no son imaginarios, sino almas transubstanciadas.
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martes, 6 de febrero de 2018

Antonio Machado, apócrifo.



Máscaras,
Maruja Mallo (1942)

¿Qué indujo en la entrada anterior, dedicada a medias a Fernando Pessoa, a olvidar uno de los motivos centrales –casi vertebral- de mi (in)cierta autoría? Al fin y al cabo, como en un bucle a menudo aludido y jamás cumplido, Cavalcanti y yo sostenemos la heteronimia mutua que mantiene la voz –la escritura- de este blog. Atentos a una semiótica de la escucha, cada uno de estos pequeños y a veces crípticos ensayos llevan casi siete años redoblando el eco de nuestra biografía.